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domingo, 22 de septiembre de 2013

José Francisco Bermúdez






José Francisco Bermúdez
(1782-1831)



 


      Militar venezolano, prócer de la independencia. Nació en San José de Aerocuar (estado de Sucre) el 23 de enero de 1782. En 1810, irrumpió contra el régimen realista imperante en Venezuela. Peleó en su suelo natal y en todo el oriente. Bermúdez fue uno de los libertadores del oriente, al proceder a su invasión independentista desde la isla de Trinidad, junto a Santiago Mariño, en enero de 1813. Con Mariño participó en las batallas de Bocachica, Arao, Carabobo y La Puerta, todas en 1814. Superadas las desavenencias con Simón Bolívar, Bermúdez actuó en la toma de Angostura por órdenes del Libertador (1817), quien luego lo nombró comandante de la provincia de Cumaná. En 1821, cumplió la misión de distraer a los realistas en Caracas durante la campaña de Carabobo, tras la cual fue ascendido a general en jefe. Tuvo otras actuaciones de carácter militar, hasta su retiro en 1830. Murió asesinado en Cumaná el 15 de diciembre de 1831.







General Mariño




General Santiago Mariño
(1788-1854)

      Militar y político venezolano; general en jefe durante la guerra de Independencia de Venezuela. Nació en Valle del Espíritu Santo (estado de Nueva Esparta) el 25 de julio de 1788. Sus primeros estudios los hizo en Trinidad, donde residían sus padres temporalmente. Iniciada la revolución venezolana, Mariño tomó parte activa en Cumaná y en Guayana, con el grado de capitán bajo las órdenes del coronel Manuel Villapol.
      Refugiado en Trinidad tras la caída de la I República, Mariño encabezó una expedición contra los realistas del oriente venezolano, que, casi sin armas, invadió desde el islote de Chacachacare el 12 de enero de 1813. Se autodesignó general en jefe y con tal carácter liberó las provincias de Cumaná y Barcelona.
      Mientras SimónBolívar anhelaba la unión, Mariño sostuvo la idea de mantener separados los ejércitos de Occidente y de Oriente, comandados respectivamente por Bolívar y por él. Luego del triunfo en Bocachica sobre José Tomás Boves (31 de marzo de 1814), Bolívar y Mariño se reunieron en La Victoria (5 de abril), y juntos actuaron con éxito en la primera batalla de Carabobo (28 de mayo). Derrotados por Boves en La Puerta (15 de junio), ambos jefes emigraron a Oriente, donde fueron proscritos por sus propios compañeros de armas y escaparon a Cartagena de Indias y de allí a Jamaica y Haití, desde donde regresaron con la expedición de Los Cayos, en la que Mariño actuó como segundo jefe (6 de mayo de 1816).
      El prestigio de Mariño era inmenso en el Oriente, y esto le llevó a perjudiciales disensiones. Bolívar le nombró jefe del Estado Mayor en la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Con los primeros amagos de separación de la República de la Gran Colombia, Mariño estuvo al lado del general José Antonio Páez




José Tomás Rodríguez Boves




José Tomás Rodríguez Boves
(1782-1814)


       Militar español. Nació en la ciudad asturiana de Gijón el 19 de septiembre de 1782. En 1803 se graduó como piloto primero de la marina mercante. Es así como más tarde llegó a Venezuela, donde se le acusó de contrabandista y fue arrestado y confinado en la localidad de Calabozo, donde residía. Poco más tarde, en dicha ciudad, se convirtió en comerciante y se dedicó a la compra y venta de ganado. Aunque inicialmente era partidario del movimiento revolucionario e independentista iniciado en 1810, por resentimiento contra los patriotas se unió a las filas realistas españolas de Domingo Monteverde.
      Llevó a cabo una guerra cruel. Obligó a Simón Bolívar, quien le había derrotado en San Mateo en febrero y en marzo de 1814, a abandonar Caracas con 20.000 personas el 7 de julio de ese año. Persiguió a los patriotas hasta la ciudad portuaria de Cumaná, cometiendo las más grandes atrocidades, tales como ordenar el fusilamiento del gobernador civil de Valencia, Francisco Silvestre Espejo Caamaño. Falleció el 5 de diciembre de 1814 en la batalla de Úrica, que no obstante supuso una victoria de las tropas coloniales españolas.













CREACIÓN CUERPO POLICIAL DEL DISTRITO LANDER




El CONSEJO MUNICIPAL DEL DISTRITO LANDER
                                                                     

                                                                  ACUERDA


Artículo. 1°  Se crea la Policía Municipal y se destina la cantidad de Dieciocho    bolívares (Bs. 18,00) para ración de este cuerpo.

Artículo 2°  El tipo de ración es de cinco bolívares (Bs. 5,00) para un Oficial, doce y medio bolívares para cinco números y cincuenta céntimos para gastos de escritorio.

Artículo 3°  Se autoriza al ciudadano Jefe Civil del Distrito para organizar en está forma el cuerpo que se crea para este Acuerdo.
Dado en el Salón donde celebra sus sesiones el Concejo Municipal del Distrito Lander a los 8 días del mes de septiembre de 1909. Año 100 de la Independencia y 51 de la Federación.




         Ramón A. Gámez.                         Alberto Larrazábal
             Presidente.                                        Secretario.





      El Jefe Civil y el Secretario, encargados de dar cumplimiento al presente Acuerdo, fueron respectivamente los ciudadanos: General Teófilo Machado y R. Hernández Vázquez.








Referencia:


El Valle del Miedo y su Patrono San Diego de Alcalá; Segunda Edición, Juan José Flores, mes de Noviembre 1984. Solo se Imprimieron 2.000 ejemplares.

ARCHIVO DEL CONSEJO MUNICIPAL. Municipio Tomás Lander, Libro de Actas.







Breve Reseña sobre Cristóbal Colón



 
 

Cristóbal Colón (c. 1451-1506), navegante y descubridor, tal vez de origen genovés, al servicio de la Corona de Castilla, hombre polémico y misterioso, autodidacta y gran observador, descubrió el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492, fue el primer almirante, virrey y gobernador de las Indias, enseñó a los hombres de mar de su tiempo el camino a seguir para ir y volver del continente que habría de llamarse América.
Tres embarcaciones, Pinta, Niña y Santa María; con un presupuesto un de unos dos millones de maravedises; y alrededor de 90 hombres, reclutados con la ayuda inestimable de los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón, formaron la flota descubridora más trascendental de la historia.
      El 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón mandó embarcar a toda su gente, y al día siguiente, antes de salir el sol, dejaba el puerto de Palos de la Frontera.  La primera escala fueron las islas Canarias, donde los expedicionarios tuvieron que arreglar el timón de la Pinta. El 6 de septiembre, con los alisios ventando a favor, Colón marcó rumbo al Oeste. Comenzaba la gran travesía. Su objetivo era el Cipango, y advirtió a la tripulación que nadie se inquietase hasta haber navegado 700 leguas. A partir de esa distancia, no habría que navegar por la noche. Por si fallaba algo, sin embargo, decidió llevar dos cuentas sobre las distancias recorridas: una secreta o verdadera (sólo para él), y otra pública o falsa, en la que contaría de menos.
      El 13 de septiembre descubrió la declinación magnética de la Tierra, y el 16 llegaron al mar de los Sargazos. A partir del 1 de octubre se percató de que algo no se correspondía con sus cálculos. El día 6 ya habían sobrepasado las 800 leguas y no había indicios de tierra. Durante la noche del 6 al 7 de octubre se produjo el primer motín entre los marineros de la Santa María. Los hermanos Pinzón apoyaron a Colón y lo sofocaron. Sin embargo, en la noche del 9 al 10 de octubre el malestar se extendió a todos, incluidos los propios Pinzón. Acordaron navegar tres días más y al cabo de ese tiempo si no encontraban tierra regresarían. No hizo falta: en la madrugada del 11 al 12 de octubre el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado: "¡tierra!".


Fragmento del Diario de a bordo.

      A las dos horas después de media noche pareció la tierra, de la cual estarían dos leguas. Amaynaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de Indios Guanahani. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yánez, su hermano, que era capitán de la Niña.



       Sacó el Almirante la bandera real, y los capitanes con dos banderas de la cruz verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y, encima de cada letra su corona, una de un cabo de la + y otra de otro. Puesto en tierra vieron árboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio como él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha Isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se juntó allí mucha gente de la Isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias: «Yo, dice él, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos a donde nos estábamos, nadando y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vide más de una harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vide de edad de más de 30 años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos. Los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y dellos de colorado, y de ellos de lo que hallan; y se pintan las claras, y de llos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo la nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellos tienen al cabo un diente de pece, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hize señas qué era aquello, y ellos me mostraron cómo allí venían gente de otras islas que estaban cerca y los querían tomar y se defendían. Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestra Alteza para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos en esta Isla.» Todas son palabras del Almirante.

Fuente: Colón, Cristóbal. Diario de a bordo. En “Crónicas de América”. Tomo 9. Edición de Luis Arranz. Madrid: Historia 16, 1985.